Cuando instalas un programa en tu ordenador, no solo estás dando clic en “Siguiente, siguiente, aceptar”. Estás firmando un contrato. Ese contrato se llama licencia de software, y establece las normas del juego: qué puedes hacer con el programa, en cuántos dispositivos, si puedes modificarlo, si puedes compartirlo, y qué responsabilidades tiene el creador si algo falla.
Aunque no solemos leerlas, las licencias son importantes porque afectan directamente al uso que hacemos del software en casa, en clase o en el trabajo.
Vamos a ver los tipos más comunes y ejemplos reales que todo el mundo conoce.
1. Software de código abierto (Open Source)
El creador comparte el código fuente, es decir, las “tripas” del programa. Eso permite que cualquier persona pueda estudiarlo, modificarlo o mejorarlo.
Aquí distinguirás dos grandes grupos.
1A. Licencias permisivas
Dejan mucha libertad. Puedes modificar el programa, crear uno nuevo y no estás obligada a compartir tus cambios con nadie.
Ejemplos de licencias: MIT, BSD, Apache, Python, PHP.
Ejemplos reales:
- PlayStation 4 y PlayStation 5 usan un sistema operativo llamado Orbis, que se basa en FreeBSD (código abierto permisivo). Sony lo modifica a lo bestia y no está obligada a publicar esas modificaciones.
- Nintendo Switch también usa componentes basados en código abierto permisivo. Nintendo coge lo que necesita y lo adapta sin tener que compartir el resultado.
Estas licencias son muy apreciadas por empresas porque les permiten usar software libre sin “atarse” a tener que liberar sus versiones modificadas.
1B. Licencias no permisivas (Copyleft)
Aquí también puedes modificar el programa, pero si lo publicas, estás obligada a compartir tu versión bajo la misma licencia.
Esto garantiza que el software siga siendo libre siempre.
Ejemplos de licencias: GPL, AGPL, CPL, EPL.
Ejemplo claro:
- Si tú coges un programa con licencia GPL, lo mejoras y decides publicarlo, tienes que liberar también el código de tus mejoras. No puedes cerrarlo y quedártelo.
Esto protege a la comunidad para que el software siga creciendo sin acabar privatizado.
Software libre: qué significa de verdad
La palabra “libre” aquí no significa “gratis”. Significa que como usuario puedes:
- Ejecutarlo sin límites.
- Copiarlo y compartirlo.
- Estudiarlo.
- Modificarlo.
- Distribuir versiones modificadas.
Ejemplo de software libre muy popular: Linux (Ubuntu, Debian, Mint…).
2. Software de código cerrado (propietario)
El creador NO comparte el código fuente. Tú solo obtienes permiso para usarlo, con muchas condiciones.
Ejemplos típicos: Windows, macOS, Microsoft Office, Photoshop, la mayoría de videojuegos.
La licencia típica de este software es la EULA (el contrato que aceptas sin mirar durante la instalación).
En estas licencias normalmente se prohíbe:
- Copiar el software.
- Compartirlo.
- Modificarlo.
- Instalarlo en más equipos de los permitidos.
El propietario decide todo, y tú simplemente tienes permiso temporal para usarlo.
Otros tipos de licencias habituales
Freeware
Programas gratuitos y sin límite de tiempo, pero sin acceso al código y sin permiso para modificarlos.
Ejemplos que conocen:
- WinRAR (tu alumno de 15 años sabe perfectamente lo que es ignorar su mensaje de “compra la licencia”).
- Skype
- Adobe Acrobat Reader
Shareware
Puedes probar el programa, pero con límite de tiempo o funciones bloqueadas. Si quieres la versión completa, pagas.
Ejemplos:
- Antivirus de prueba
- Programas que funcionan 15 o 30 días
- Apps de edición con marca de agua
Dominio público
El software se publica sin restricciones. Puedes cambiarlo, venderlo, copiarlo… lo que quieras.
3. Cómo se comercializan las licencias propietarias
Las empresas que venden software ofrecen varias formas de obtener licencias. Las más comunes son estas:
A. Licencia Retail o FPP
La típica que compras tú en tienda o en web.
Dos tipos:
- Producto completo: lo instalas desde cero.
- Actualización: necesitas tener una versión anterior.
Ejemplo: comprar una licencia de Microsoft Office o un antivirus en físico o digital.
B. Licencias OEM
Las que vienen preinstaladas en un ordenador nuevo.
Características:
- Están “pegadas” al hardware.
- No puedes moverlas a otro equipo.
- Sí puedes vender el equipo completo con su licencia incluida.
Ejemplo:
El Windows que trae tu portátil nuevo.
C. Licencias por volumen
Para empresas, centros educativos o grandes organizaciones.
Ventajas:
- Precio más bajo por unidad.
- Instalación más sencilla en muchos equipos.
- Opciones especiales como downgrade (instalar una versión anterior si la nueva no es compatible).
Ejemplo:
Una empresa que tiene derecho a Windows 11 Pro, pero instala Windows 10 Pro en ciertos equipos porque sus programas no funcionan con la versión nueva.