Contenidos
Cuando hablamos de virtualización, el protagonista absoluto es el hipervisor. Es el software que permite crear y ejecutar máquinas virtuales, pero no todos funcionan igual. Existen dos grandes tipos: Tipo 1 (bare-metal) y Tipo 2 (hospedado).
Elegir cuál usar depende del entorno: centros de datos, servidores de verdad o simplemente un portátil para practicar sin riesgos.
Hipervisor Tipo 1: qué es y para qué sirve
El hipervisor Tipo 1 se instala directamente sobre el hardware, sin un sistema operativo entre medias. Por eso se les llama bare-metal o nativos. Son la base de la virtualización profesional en empresas y centros de datos.
Ventajas del Tipo 1
- Máximo rendimiento gracias al acceso directo al hardware.
- Funciones avanzadas como clustering, migración en vivo, balanceo de carga y alta disponibilidad.
- Escalabilidad real: están diseñados para entornos con muchas máquinas virtuales funcionando a la vez.
Limitaciones del Tipo 1
- Necesitan hardware dedicado.
- Son más complejos de administrar y se gestionan desde otro equipo.
- No son prácticos para hacer pruebas rápidas en un portátil.
Ejemplos reales
VMware ESXi, KVM (en modo servidor), Microsoft Hyper-V (en modo host) y Oracle VM.
Hipervisor Tipo 2: qué es y cuándo usarlo
El hipervisor Tipo 2 funciona como una aplicación dentro de un sistema operativo. Es la opción habitual para uso doméstico, equipos personales o clases prácticas.
Ventajas del Tipo 2
- Muy fácil de instalar y usar, sin necesidad de un servidor dedicado.
- Perfecto para probar sistemas operativos, romper cosas sin miedo y aprender.
- Gestionas las máquinas virtuales desde tu propio ordenador.
Limitaciones del Tipo 2
- Rendimiento inferior al Tipo 1, porque depende del sistema operativo anfitrión.
- No incluye funciones avanzadas como clustering o migración en vivo.
- Si el sistema operativo anfitrión falla, todas las VMs se caen.
Ejemplos reales
Oracle VirtualBox, VMware Workstation / Player, Parallels Desktop, GNOME Boxes.
